Los neumáticos, los filtros del vehículo, los diferentes fluidos, los amortiguadores, los frenos, el motor, la iluminación e incluso los airbags son elementos que conviene revisar con cierta frecuencia más allá de los recomendados pasos periódicos por el taller a los que se hacía referencia anteriormente. Por eso, una implicación directa del usuario del vehículo en su cuidado preventivo es el complemento ideal a la labor que realizan desde los talleres. “Cuanto más cuidados nos llegan los coches al taller, más sencillo resulta hacerles el mantenimiento. Los profesionales somos nosotros y nunca se va a prescindir de nuestro trabajo, pero un vehículo al que se le presta atención y se cuida con cierto mimo, puede alargar la vida del coche en un 30% tranquilamente, además del ahorro que se va a producir como consecuencia de la aparición de menos averías y problemas”, remata convincente el responsable de Motrio.
Elementos a los que el usuario debe prestar especial atención
Las ruedas del coche son el nexo de unión entre el vehículo y la carretera y por eso debe prestarse una especial atención a su estado. Es conveniente revisar la presión de los neumáticos recomendada por el fabricante al menos una vez al mes, así como la profundidad del dibujo sin esperar a llegar al mínimo permitido por ley. Si se detectan vibraciones, ruidos extraños o comportamientos anómalos al frenar, se debe acudir al taller a la menor brevedad posible para evitar comprometer la seguridad en la conducción.
El viejo debate entre un coche diésel o de gasolina, ante el menor consumo del primero y los menores precios del carburante, ya se amplía a las nuevas modalidades de vehículos que, en un principio, son menos contaminantes. Eso sí, la cuestión radica ahora en qué modelo es más económico o factible según el uso que se vaya a hacer del mismo.
Desde hace un tiempo no es obligatorio contar con un segundo juego de luces en el vehículo y quizá por ello sea aún más importante que nunca realizar un mantenimiento mensual de la iluminación. Todas las luces, sin excepción, deben funcionar correctamente (posición, cruce, antinieblas, intermitentes, freno y marcha atrás) y ante cualquier irregularidad, hay que visitar al profesional para corregirlo.
A menudo los amortiguadores son los grandes olvidados por los conductores ya que como explica Jorge García “mucha gente piensa que solamente están para proporcionarnos comodidad y no se tiene siempre en cuenta que de su buen estado depende que el vehículo responda como se le supone a velocidades altas o en situaciones inesperadas que puedan surgir”. Se suelen realizar revisiones periódicas de los amortiguadores cada 20.000 kilómetros en el taller pero nunca está de más prestar una especial atención a las sensaciones que pueden transmitir al conductor. La detección de alguna anomalía en los amortiguadores requiere una visita urgente al taller de confianza.